Época: Arte Español Medieval
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
Orígenes del arte cristiano en la Península

(C) Ramón Corzo Sánchez



Comentario

Cataluña es la que ofrece dentro de la Península Ibérica un mayor número de sarcófagos antiguos, que demuestran la existencia de relaciones directas y frecuentes con los talleres de Roma y con los de Francia. Entre ellos, se encuentran algunas piezas que tienen sus mejores paralelos en el Norte de Africa, pero éstos son, en cualquier caso, inferiores en número y calidad a los españoles, con lo que se plantea la duda de dónde puede localizarse el taller común.
Un factor importante en el conocimiento de la iconografía cristiana primitiva de España, es la inseguridad que tienen todas las comparaciones con el mismo fenómeno en el área norteafricana; aunque los contactos sean claros, en toda la región al sur del Mediterráneo, la destrucción de edificios e imágenes por los musulmanes ha sido más intensa y duradera, hasta el punto de que muchas comparaciones se hacen sobre materiales meramente supuestos. Los elementos orientales que pudieron llegar a la Península por esta vía carecen, en la mayoría de las ocasiones, de la confirmación que debería esperarse. Por esta razón, muchas de las piezas españolas se pueden considerar el reflejo local de estilos y temas cuyos originales orientales y africanos no se han hallado aún; de todos modos, el decaimiento de los talleres romanos y de los orientales a partir del siglo V, dejó abierta la posibilidad de una evolución original de la iconografía cristiana en la Península, cuyas fuentes literarias siguieron siendo remotas, pero se expresaron con un lenguaje artístico propio.

El falso frente de sarcófago de la necrópolis cristiana de Tarragona, con la imagen del difunto y de dos familiares femeninos, separados por bandas de estrígiles, concuerda por su disposición y estilo con otra pieza de Cartago y ambas parecen estar ejecutadas en el mismo tipo de mármol. El sarcófago de Leocadio de Tarragona es obra también de un taller que dejó otras obras en Cartago, pero en él se contiene una excepción iconográfica muy significativa: el rollo de la ley que recibe Moisés de la mano divina está abierto en el extremo y sobre él se ha grabado un crismón, con el sentido de reunir en una misma transmisión la ley mosaica y la de Jesucristo; en el mismo tipo de piedra local y con factura similar hay un sarcófago con los apóstoles Pedro y Pablo en los extremos; los rostros de todos estos personajes poseen los mismos rasgos que algunos sarcófagos de Cartago con los que el parentesco estilístico es indudable. Quizás, el sarcófago de las dos orantes fuese traído de Cartago, pero con él se trasladarían a Tarragona un grupo de artesanos que formarían su propio taller en los inicios del siglo V.

Es también significativo que el acto de recibir Moisés la ley lo realice sin alzar las manos, sino manteniéndolas horizontales, como se representa el mismo acto cuando es Cristo el que efectúa la "traditio legis" a Pedro o a Pablo; de la misma forma, nos encontramos esta representación en el sarcófago de las Vegas de Puebla Nueva (Toledo), conservado en el Museo Arqueológico Nacional. Este sarcófago, labrado en mármol portugués y por expreso encargo de un rico propietario, que se hizo enterrar además en un mausoleo octogonal de tipo bizantino, revela la libertad en el desarrollo de la iconografía que se mantenía entre los cristianos hispánicos. Entre los apóstoles que acompañan a Cristo en la escena de la transmisión de la Ley, están Mateo y Bartolomé realizando un acto similar, en este caso, la entrega del Evangelio de Mateo a Bartolomé, para que lo propague por la India; son temas inéditos en el arte cristiano y que debieron ser encargados expresamente, teniendo como base relatos poco difundidos. Son rasgos de una inexplicada originalidad hispánica, que hubo de tener otras muchas manifestaciones, especialmente en pinturas y objetos pequeños perdidos.